USTED
Y es que bastó con mirarla a los ojos para que el universo
se convirtiera en melodía. Un instante de su tiempo fue suficiente para
comprender que todo lo que emana de vos, es percibido por todo mi ser, como
notas musicales que logran hacer vibrar hasta la fibra más sensible de mi
cuerpo. Tu actuar, permite que por cada
letra, cada silaba, cada palabra, cada oración emitida por vos, hace que mi
cuerpo dance en un éxtasis sin fin, que se alimenta con cada vez que me mirás a
los ojos y sonreís, y sonreímos.
“Toco tu boca, con un dedo el borde de tu boca, voy dibujándola
como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabiera, y
me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez
la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca
elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mi para dibujarla con mi
mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente
con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y
entonces jugamos al ciclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se
agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran,
respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose
con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus
recintos, donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces
mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu
pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de
peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es
dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultaneo del
aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor
a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua.”´
J.C
La cercanía de tu ser inunda todos mis sentidos, llenando todos
los rincones de mi. Y cuando te acercás, y me abrazas, ponés en su lugar todas
esas cosas rotas que hay dentro de mi. Las reacomodas y las re ajustas para
darle la oportunidad a un nuevo inicio, a un nuevo camino por recorrer y le das
la oportunidad de ser, de existir, de querer.
Las batallas más duras se dan cuando en medio de la soledad
posterior a tu partida, lucho contra todos los demonios, para que la esencia
que dejaste, permanezca en mi. Que tu olor en mis ropas, se mantenga hasta que
vuelvas otra vez a impregnarla de un poquito de vos, de un poquito de mi, de un
poquito de nosotros, de un poquito de todo, de un poquito de nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario